Tertulias literarias for ever, selección y recomendación de autores y obras.


Estimados lectores:

Os damos la bienvenida a nuestras tertulias literarias. En ellas llevaremos a cabo la crítica de una obra mensual combinando una lectura clásica y una contemporánea. Para comenzar hemos elegido: "La cena" de Herman koch y "La herencia de Eszter" de Sándor Márai". Podéis acompañarnos en nuestras reflexiones y descubrimientos literarios, así como aportar ideas y comentar o debatir las nuestras.

Un saludo literario.






sábado, 28 de abril de 2012

PHILIP GLASS (1937), "Mishima"

3 comentarios:

  1. Reflexión fuera de lugar.

    Escribir sea quizá estar desquiciado ( el quicio era el soporte que permitía girar las puertas de las murallas), así que escribir es estar expuesto, sin defensas, fuera del lugar natural al que uno correspondería, y lo que es peor, habiendo de defender o defenderse de no se sabe qué o quien ; quien , por el contrario, está en su lugar natural, no desquiciado, calla y otorga, o calla y actúa con sigilo y diligencia, a escondidas, pues se sabe poseedor de la victoria de antemano; defiende su territorio parapetado y seguro en la paz del silencio, de las no palabras , frente a la lucha a muerte a campo abierto; pues - si se me permite una expresión cheap- en las palabras nos herimos o matamos al confrontarnos o exponernos, por algo somos mortales y no ángeles de sal o figuras de estatuaría beata.
    Escribir es una actividad de erráticos, vagabundos y gente sin porvenir- que no sabe mucho donde se mete , que no se las ve venir, ni qué se espera de ellas ( que tanto pueden pretender decir el refulgir de las estrellas, como las estrechuras de la mente o del cuerpo, la miseria que los corroe); con todo, escribir es un acto revolucionario, porque sólo lo hacen precisamente aquellos que "están fuera de quicio", y ya se sabe que no se sabe qué esperar de gente tan poco seria y centrada, errática, sin ideas fijas, sin puertas de murallas ni murallas que defender, expuesta a los sentimientos lacerantes, solos , depauperados, horadados por dentro,carcomidos, o a las ideas peregrinas, solitarias, inquietantes , visionarias. Escribir, así, es lo más parecido a estar perdido, pues sólo, efectivamente, escribe quien está perdido , y por eso, precisamente, escribe. Me aventuro pues en ese territorio desconocido, en territorio desconocido...

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  2. El tema

    La sociedad nipona , tan extraña y lejana para mi, por desconocimiento, es, o debe ser, sin duda, una sociedad convulsa. Los maravillosos "Cuentos de Tokio" de Ozu, describe ese mundo de la posguerra, una sociedad en crisis de valores y deshumanización, de confrontación entre la tradición y la modernidad incipiente de los años cincuenta. Una bellísima película. De Mishima, conozco tan sólo "La corrupción del ángel"-toda una metáfora- . En ella ,narra la decadencia moral y espiritual de la sociedad japonesa de los 60 y 70. La tendencia a la banalidad y a la superficie - el "Das man" Heideggeriano- está presente tanto en algunos de los personajes de Ozu ( pienso en especial en la hija o nuera de los pobres padres, almas errantes de este mundo) como en los protagonistas de Miishima, situados siempre al límite del abismo.
    Sabido es que justo terminada esta obra - "La corrupción de un ángel" ,y entregada al editor, ese mismo día se suicidio siguiendo el ritual "seppuku".

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  3. El galimatías

    Aun cuando el acto del suicidio- el silencio- fuese un grito, Mishima debía ser consciente que la última palabra siempre queda por decir- incluida esa que es pura interpretación y silencio a la vez ( cabe decir que hay casi tantos silencios como palabras hay).
    En el límite, las palabras son inútiles, y todos los silencios hablan y resuenan. Lo qué no se dice es la verdad, y lo qué se dice pura apariencia o simulacro ( claro está, incluido esto)

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