Tertulias literarias for ever, selección y recomendación de autores y obras.
Estimados lectores:Os damos la bienvenida a nuestras tertulias literarias. En ellas llevaremos a cabo la crítica de una obra mensual combinando una lectura clásica y una contemporánea. Para comenzar hemos elegido: "La cena" de Herman koch y "La herencia de Eszter" de Sándor Márai". Podéis acompañarnos en nuestras reflexiones y descubrimientos literarios, así como aportar ideas y comentar o debatir las nuestras.Un saludo literario.
Franz Kafka (1883-1924) in Love
Cuando en mi tercer viaje a Praga visité por primera vez su casa desvanecida al lado del río Moldava y del puente checo ( que originariamente se llamaba Niklasbrücke, y que el autor transformaría ,con su peculair sentido del humor, en Niklastrasse, "Pista de arranque para suicidas", pues " conduce derecho al río..."; desde su piso en alto del edificio veía también el arranque de los jardines Belbedere ,por donde a menudo paseaba, y al guardagujas, alzar y bajar la barrera que daba acceso al puente), cuando visité como digo la casa en que había escrito en 1913 la Metamorfosis , un sentimiento de hondo respeto y bienestar me acogió. Imaginé a Kafka escribiendo desde su habitación, insomne, el libro del escarabajo de una tirada - en realidad, dejó el final inconcluso por falta de tiempo y cuando al día siguiente lo reemprendería ya no le gustaría nunca el final: había perdido el sentido del momento de narración profunda que tenía dentro de él- no otra cosa que a si mismo se contaba-, y nunca la recuperaría.
ResponderEliminarKafka nos describe su habitación : "Las luces y las ombras proyectadas abajo por la luz eléctrica de la calle y el puente sobre las paredes y el techo son desordenadas...Precisamente cuando instalaron los faroles de arco voltaico abajo y cuando fue amueblada esta habitación, no hubo ninguna ama de casa que tuviese en cuenta el aspecto que tendría mi habitación a esta hora, desde el canapé y sin esconder la luz " ( Diarios); habitación que siempre ha quedado en mi imaginación asociada a la mia propia ya desaparecida, asilada y octogonal, en la que , en mi cama azul con barrotes con termitas, leería por primera vez esa historia como si me narrase la mia propia, como si leyéndola quizás la escribiese y eso hubiese ocurrido efectivamente allí, sólo allí y en ningún otro sitio.
"La idea de La Metamorfosis alcanzó a Kafka exactamente allá dónde a su héroe le alcanza el choque mismo de la transformación: en la cama al despertarse. Fue el 17 de noviembre de 1912, un domingo.Kafka no tenía ganas de levantarse, no tenía ganas de nada . El jueves, tres días antes, había sido quizá el día más feliz de su vida, el día en que su mujer amada le había hablado de "Tu" por vez primera; pero desde entonces no había llegado nada desde Berlín , ni una línea, ni un saludo. Así que tal vez no lo decía en serio. Si hoy no llegaba nada, todo habría terminado" ( Kafka. Los años de las decisiones. Reiner Stach).
No importaba que su casa ya no existiese , y hubiese sido sustituida por un lamentable hotel de la época sovietica, el Hotel Praha- Intercontinental ( símbolo todo ello de la barbarie). A su lado, en esa misma calle, permanecían en pie aún algunas casas modernistas que me recordaban también la casa modernista de 1916 de mi madre y me la hacían doblemente familiar.
Después esa misma tarde visité alguna otra casa en que Kafka había vivido - pasado casi como un espiritu-, pero ninguna me produjo la honda impresión que aquella casa , inexistente.
Franz Kafka es el repudio, la angustia, el sentimiento infantil de desamparo, que no somos ya queridos, ni ningún ser, ningún ángel, nos guardará las espaldas, nos besará los ojos. Que estamos solos, sin esperanza.
Cuando una mañana Gregor Samsa, Viajante de comercio que vive con sus padres y hermanas en un cómodo piso burgués ( cuanto esfuerzo, levantarse cada día a horas intempestivas, coger las maletas, viajar...pagar las facturas que se acumulan de una fmilia ociosa ! ), se despierta , se encuentra convertido en un insecto inarticulado que apenas puede moverse, con manchas o puntos blancos en la piel, sin reconocerse a si mismo, la voz aguda...una extraña angustia se apodera de él. ¿ Qué transformación se ha producido ? Su familia apenas le reconocen, ni quieren verle, a lo sumo le lanzan una manzana, símbolo del repudio y de la culpa, que queda incrustada en su piel. Podemos imaginar a Franz Kafka escribir esta escena en su casa desaparecida, en su vida desaparecida.