Escrita durante una de las frecuentes huidas que Kafka llevaba a cabo, algunas por su carácter solitario, otras impuestas por los médicos para curarlo de una tuberculosis pulmonar diagnosticada.
Las cartas , que nunca llegaron a manos del padre, son el testimonio del deterioro de las relaciones con su padre; unas relaciones que siempre habían sido frías y hostiles marcadas por el carácter dominante del padre y la sensibilidad extrema de Kafka. Son las palabras las que le llevan por laberintos para descifrar sus sentimientos hacia su padre, su dependencia marcada por el amor-odio que sentía hacia él, sus miedos infantiles a la cólera, la dureza del trato y sus gritos, sus constantes humillaciones y su resistencia a convertirse en hijo pródigo.
Tal amargura en la lucha interior y su huida por su falta de comprensión le generaron sentimientos de culpa y falta de confianza en si mismo. Ni siquiera su único refugio; su inmensa imaginación y sus escritos le ahuyentaron del martirio. Sus pequeñas tentativas de independencia no tuvieron éxito y fracasaron también sus relaciones de pareja y con ellas las posibilidades de crear una familia.
Al final de su carta reconoce: "Naturalmente, las cosas no encajan tan bien en la realidad como las pruebas en mi carta, la vida es algo más que un rompecabezas"
Las cartas , que nunca llegaron a manos del padre, son el testimonio del deterioro de las relaciones con su padre; unas relaciones que siempre habían sido frías y hostiles marcadas por el carácter dominante del padre y la sensibilidad extrema de Kafka. Son las palabras las que le llevan por laberintos para descifrar sus sentimientos hacia su padre, su dependencia marcada por el amor-odio que sentía hacia él, sus miedos infantiles a la cólera, la dureza del trato y sus gritos, sus constantes humillaciones y su resistencia a convertirse en hijo pródigo.
Tal amargura en la lucha interior y su huida por su falta de comprensión le generaron sentimientos de culpa y falta de confianza en si mismo. Ni siquiera su único refugio; su inmensa imaginación y sus escritos le ahuyentaron del martirio. Sus pequeñas tentativas de independencia no tuvieron éxito y fracasaron también sus relaciones de pareja y con ellas las posibilidades de crear una familia.
Al final de su carta reconoce: "Naturalmente, las cosas no encajan tan bien en la realidad como las pruebas en mi carta, la vida es algo más que un rompecabezas"
"Por ello se halla a merced de todo aquello de lo que nosotros estamos protegidos. Es como un hombre desnudo en medio de gente vestida. Su ascesis no tiene nada de heroica... Es un hombre que se arma de su ascesis para conseguir un fin, es un hombre que por su terrible lucidez, su pureza y su incapacidad de compromiso se ve empujado a la ascesis".
ResponderEliminarDiarios de Milena Jesenskà 1924
Se ha interpretado la obra de Kafka en clave edípica. La confrontación entre un padre brutal y colérico, de fuerte personalidad, un Kafka auténtico ( "todo...tal y como en ti aparece orgánicamente unificado, es decir, fuerza e ironia respecto a los demás, salud y cierta desmesura , facilidad de palabra y reserva, autoconfianza e insatisfacción con la gente, dominio del mundo y tiranía, conocimiento de los hombres y desconfianza ante la mayor parte de ellos, luego están las ventajas sin sus defectos correspondientes, como son la laboriosidad, la constancia, la presencia de espiritu, la imperturbabilidad") y su hijo hipersensible e indefenso - un Lówy, consumandose así la escisión- ( "De todo ello- sigue la cita anterior- en comparación contigo yo no tenía nada o muy poco ")
ResponderEliminarEste libro- "Carta al padre" ( 1919)- que nunca llegó a destino por devolución de la figura intermediaria y protectora, la madre, se sitúa de lleno en ese relato. Con palabras intenta explicar ( explicarse mutuamente: el padre aparece siempre como un interlocutor presencial, vivo, aunque nunca leyese a la postre estas lineas )unos hechos que como dice Milena JesenKà le han dejado desnudo e inválido delante de la realidad.Pero las palabras no clausuran los hechos , y la realidad escurridiza se escapa. Queda el dolor y todas las secuelas: Franz ha crecido en el sentimiento de nulidad que el padre le ha impregnado; toda su vida será el vano intento de escapar de esa carga, de ese destino; ni sus amantes ni la literatura le servirán para ello (incapaz de vivir, se debatiría durante un tiempo entre la vida y la literatura, escogiendo siempre esta última). Condenado a la soledad ( Franz Kafka que es sociable y amable con sus amigos; apreciaban su sentido del humor, su cordialidad, inteligencia y afecto ) nunca puede salir de ese circulo de sus primeros años. La ley del padre había dictado sentencia : culpable !
Su relación con el padre es una carta cifrada que nunca podrá revelar del todo; sin destinatario final. La realidad, mucho más informe y monstruosa,nunca cuadra con las palabras, con la interpretación de los hechos, como el propio Kafka en magnifica cita recogida en la presentación del libro, proclama. Con todo, "se ha logrado, en mi opinión algo tan próximo a la verdad, que puede tranquilizarnos un poco a ambos y hacernos más fáciles la vida y la muerte"
(Cont.)
En el transfondo del libro hay la culpa y la imposibilidad de vivir la vida ( "...la debilidad, la falta de confianza en mí mismo,la consciencia de culpa...tendían literalmente un cordón entre yo y el matrimonio"- el matrimonio significaba para kafka la posibilidad de redención- pero no hay redención posible de la culpa-; la independencia del padre, su salvación: " En realidad, los proyectos matrimoniales fueron el intento más grandioso y esperanzado de salvación, aunque luego, evidentemente, no fue menos grandioso el fracaso final")
ResponderEliminarPero la culpa, como sentencia, no es algo externo a uno mismo, es como un virus inoculado en la consciencia- o en el inconsciente. El culpable merece su castigo. Busca en la expiación la redención , el cumplimiento de la condena. ese es el sentido dictado. La consciencia culpable fantasea con el cumplimiento de la sentencia.
Siempre me ha parecido sorprendente esta frase de la Carta del padre: "...tu manera de repetir la misma frase respecto a un dependiente enfermo de los pulmones: ¡ A ver si revienta de una vez, ese perro enfermo !". Cuando Franz Kafka escribe la carata al padre, en 1919, estaba ya gravemente enfermo, a la espera del cumplimiento de la sentencia. Era ese, en realidad, el sentido cifrado de su carta. Vivir y morir en paz; "hacernos más fáciles la vida y la muerte". Al padre no se le discute, se le obedece. Hay que cumplir la ley por inpenetrable que esta sea.
La ley, el orden del mundo, es el otro gran tema de fondo. Su padre despótico despreciativo, irascible, amenazante, no cumple la ley que impone: " Sin duda, después me mostré ya obediente, pero quedé interiormente dañado. por mi manera de ser, jamás pude establecer la justa proporción entre el hecho de pedir agua sin más ni más, que para mi era natural, y el hecho, excesivamente espantoso, de que me sacases fuera. Años después seguí martirizándome, aún la idea de que el hombre gigantesco, mi padre, la última instancia, podía venir a mi casa sin motivo alguno, sacarme de la cama en plena noche y llevarme a la terraza, o sea que yo no era absolutamente nada para él". De ahí se puede entresacar buena parte de la obra kafkiana, desde el Castillo a el Proceso, en torno al valor absoluto y cerrado de la ley, arbitrario. La ley era el padre . "...reinaba en la mesa un silencio sombrío, interrumpido por advertencias: "primero come, luego habla !", o bien "más aprisa, más aprisa, más aprisa", o bien " ¿ Lo ves?, yo ya he terminado hace rato". Nadie podia partir los huesos con los dientes, tu sí, ni sorber vinagre , tu sí...me resultaba deprimente...de que tu mismo el hombre tan tremendamente decisivo para mí, no observases los mandamientos que me imponías". Por ahi asoma el Kafka escritor
Si Kafka , súbdito del moribundo imperio austro-húngaro, nacido en Praga capital checa del reino de Bohemia, de familia judía de ascendencia alemana de adopción, no fue exactamente ni judío, ni alemán, ni checo, ni austríaco, sino la suma o de todas esas cosas que no era: un outsider, o el "judío errante" y tampoco fue el modelo de hijo pródigo que su padre esperaba que fuera, ¿ cuál era su verdadera identidad? ... ¿Cuántos como él que se encontraron en situaciones similares, víctimas del modelo educativo de la época, de padres dominantes no fueron Kafka y ni siquiera vertieron sus caminos en la literatura?
ResponderEliminarEl alma de kafka fue lo que le hizo único e irrepetible, un alma sensible que asoma en cada uno de sus escrito, que conmueve sin estar más lejos de sus pretensiones. Eso es lo que verdaderamente me conmueve.
La carta originariamente surge- en realidad es un motivo secundario- como un alegato contra el padre por su resistencia o prohibición al matrimonio del hijo- recién, por ese motivo, había roto el compromiso con Julie Wohryzek,su tercer compromiso matrimonial y que daría "objetivamente" arranque o lugar a la Carta al padre.
ResponderEliminarEn realidad, Franz kafka, en "Carta al padre", relata esa relación de conflicto en que el padre es el juez supremo y parte ; padre al que decide absolver para que puede el mismo- el hijo- dictar sentencia;no se escribe desde el odio absoluto, hace falta una proximidad, esa relación ambivalente que le ha parasitado toda la vida - de él dice : "...el sentimiento exclusivo de culpabilidad del niño ha sido reemplazado ya en parte por la noción de nuestro común desamparo"; en esa zona neutra de común desamparo y de la inocencia que reconoce en el propio padre, Franz Kafka urga esa herida abierta.
La falta de compromiso no proviene de la certeza del objeto- en la Carta al padre dice haber decidido con toda su inteligencia y dedicación, racionalmente, y estar plenamente seguro de su acierto, de la fiabilidad de ellas, incluida Felice Bauer con quien se comprometió dos veces y por dos canceló ( rotos los compromisos nada tiene que echarles en cara y tiene de ellas una opinión buenisima, nos dice)- ; el problema pues no proviene de la infinita complejidad y desvarío de otro ser, sino de él mismo. ¿ Cual es el problema ?
Cabría leer las Cartas a Milena y las otras- cosa que yo no he hecho-. En la Carta al padre nos sugiere- no sé si ese es un motivo determinante- que el matrimonio comprometía su dedicación a la literatura. "Ella" era su verdadero reino, su verdadera amante en que podía se él, refugiándose de la locura y del terror al que le abocaba el padre que le dejó la nada por herencia : " En la mano no tengo nada, todos los pájaros están volando, y sin embargo- así lo determinan las condiciones de lucha y miseria de la vida- debo elegir la nada".
Pero el motivo principal es él, es decir él,el padre, con el que se identifica, que ama y odia, que le impide por su parte comprometerse e le incita, en vez de casarse con cualquiera, ir con una culaquiera. Franz Kafka se siente atónito y destrozado, humiliado a sus trenta y seis años, situado en el lugar de la nada frente al todo, él. Para poder casarse y dejar su sitio y llegar a ser él tenia que ocupar el lugar de él.Edipo parece asomar la cabeza, o no dejat títere con cabeza. El padre ha anulado el hijo, el hijo no puede ocupar el lugar del padre.
De todos modos, kafka tuvo una corta vida -murió a los 41 años- y si nos dejo como legado su sorprendente y única-por su valor y su idiosincrasia- su producción literaria, y de ella deriva su relación con su padre-siempre vista desde su prisma-bienvenida sea su infelicidad. Ahora me pregunto: ¿era ésta la causa de su escritura?, ¿ayuda ser infeliz para escribir? ¿O simplemente se es un escritor infeliz?
ResponderEliminar"...me aislaré en todo hasta la insensibilización. Me enmistaré con todo el mundo, no hablaré con nadie...(Franz Kafka)
ResponderEliminarA veces, cualquier palabra que se diga es ruido- incluida esta-; sólo queda el silencio, pero el silencio a menudo no es sino otra forma de ruido.
Entre " Parole, parole, parole ", de Mina y el esencial"si todo lo que era mio resultó ser nada...me queda la palabra " de Blas de Otero, queda el espacio imperfecto e intermedio de la comunicación humana.
A veces tan sólo queda el silencio.
Agonizando como un insecto por los rincones de su habitación, Gregor Samsa, expia sus últimas horas ( la ventana deja traslucir el día gris, la lluvía que repica en el alféizar).
Ha perdido el habla; produce tan sólo un ruido metálico. Es ese lenguaje animal, agudo- más que su apariencia externa-, la que le ha clausurado en la incomunicación y al repudio en su habitación. Ha sido herido, el pus le supura. Nadie le habla. Asiste al deceso.
Escena esta que nos remite bioráficamente a la "Carta al padre", donde Franz nos cuenta su perdida del habla y la tartamudez sólo delante de él; delante del padre no puede decirse, expresarse. Es la imposibilidad de decir "yo", de ocupar un lugar bajo el sol- queda el rincón oscuro de la habitación, donde Gregor Samsa se arrastra, oculto de todos. Es también la imposibilidad de ser persona delante de él: la voz persona deriva de "per-sonare", que alude al embudo que amplificaba la voz de los actores en el teatro. Persona es quien dice o representa un papel, toma la voz.
Está claro que Franz Kafka tenía un problema de incomunicación; su hipersensibilidad, su lucidez, le llevan al silencio, a la imposibilidad de decir yo.
Sorprendente este parrafo, proyecto de una carta al padre, remetido a Felice Bauer :" ...Vivo en el seno de mi familia , en medio de las personas mejores y más amables, sintiéndome más extrangero que un extrangero. Con mi madre, en los últimos años , habré intercambiado por término medio unas veinte palabras diarias, con mi padre, nunca cambiamos apenas más que palabras de saludo. Con mis hermanas casadas y los cuñados no hablo en absoluto, sin que esté enfadado con ellos.El motivo es simplemente que no tengo una sola palabra que decirles.Todo lo que no sea literatura me aburre y lo odio, porque me demora o me estorba, aunque sólo me lo figure así"
De Kafka podemos decir que hablan sus ojos, y sus benditas palabras que expresan su dolor y su inocencia.
En referéncia a una entrada anterior mi modedsta opinión...
ResponderEliminarQuien no tiene cuentas que saldar no escribe nada.Pero sólo si se es Kafka se escribe como Franz Kafka; su obra es él. Toda persona és única y especial y algunas pocas y excepcionales almas tocadas por un rayo. La infelicidad, la cordura o la locura, el tiempo...importa tan sólo la lucidez y aquella hora de felicidad que quizás nos sea dada.
Era Keats, aquel de "Verdad y belleza" ?