Tras el laberinto de calles que confronta viandantes raudos como flechas con aquellos que caminan sin rumbo fijo, se abre la plaza Hlavne Namestie-una bella plaza de cielo y colores serenos.Ante los ojos curiosos, junto a la estatua inerte, se alza la imagen del último trovador. Un hombre vestido a la antigua usanza, con el corazón como única brújula, entona cantos en occitano y mece su láud como si se tratara de su única pertenencia , mientras le arranca notas de tiempos lejanos.Cada nota es para él un misterio, el misterio del mundo; un mundo amplio,de caminos inagotables, caminos sin fronteras que conducen a todas partes.
Las notas se expanden por el aire que respiramos ensalzando la magia del momento. Se trata del último trovador, poeta procedente de otro tiempo, que ha seguido a través de los siglos las rutas marcadas por la certera combinación del destino y el corazón. Sus notas son el enlace latente con el pasado, la llave escondida de nuestros ancestros que abre la caja que encierra los secretos de tantas y tantas generaciones.

Sólo las almas errantes encuentran en sus acordes una pausa a sus aceleradas vidas, reconociendo a otra alma errante que ha roto las cadenas y ha renunciado con convicción a un mundo estrecho y reducido.
Una lección de humildad, de generosidad y valor para mostrar su diferencia y enfrentarse a un mundo que tal vez no le entienda. y le califique de excéntrico o falto de sentido común. A él parece no importarle, su dedo índice señala las notas, la música como el camino a la salvación. Cuando cierre los ojos, no morirá seguramente de la enfermedad que provoca el incumplimiento de los sueños.
"Una cosa te diré con toda certeza", respondió Jesús, "que quien no nazca de arriba, no puede disfrutar del reino de los cielos". Le dice entonces Nicodemo : " ¿ Pero cómo puede nacer una persona que ya es vieja? Porque no puede entrar otra vez en el vientre de su madre y volver a nacer..." "Aún te digo otra cosa cierta : quien no nazca del agua y del espíritu no podrá entrar en el reino de los cielos. Porque aquello que nace de la carne, carne es , y aquello que nace del espíritu, espíritu; y no te extrñes si te he dicho que es necesario que nazcáis de arriba: el viento sopla por donde quiere, y escuchas su voz y no sabes de donde viene ni a donde va: así son también los que han nacido de Dios"
ResponderEliminar( Evangelio de San Juan)
Me parece estar leyendo una novela o un relato de Stefan Zweig ; una historia que pide ser contada - con un lenguaje magnífico: vibrante, sonoro, potente, de una gran belleza y precisión.
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