Tertulias literarias for ever, selección y recomendación de autores y obras.


Estimados lectores:

Os damos la bienvenida a nuestras tertulias literarias. En ellas llevaremos a cabo la crítica de una obra mensual combinando una lectura clásica y una contemporánea. Para comenzar hemos elegido: "La cena" de Herman koch y "La herencia de Eszter" de Sándor Márai". Podéis acompañarnos en nuestras reflexiones y descubrimientos literarios, así como aportar ideas y comentar o debatir las nuestras.

Un saludo literario.






domingo, 23 de enero de 2011

Diarios (1847-1894) de Tolstòi (I parte)

Nada mejor que sus diarios para descubrir la faceta más humana del escritor, sus contradicciones constantes, sus debilidades, sus grandes y pequeñas inquietudes cotidianas ("un día aprendía el oficio de zapatero y días más tarde se dedicaba a leer a Homero"), sus reflexiones , la búsqueda de si mismo y de su estilo literario, su deseo de superación constante, sus opiniones sobre el mundo que le rodeaba (los problemas sociales y políticos, la educación, el arte, la religión..).
Repletos de citas de inigualable valor, y con las que el gran escritor, el mito se humaniza  ante nuestros ojos :" no hago lo que me prescribo; lo que hago no lo hago bien, no ejercito la memoria. Por lo tanto anoto aquí algunas reglas que, creo me ayudarán mucho si las sigo. 1) Lo que hayas decidido hacer, hazlo cueste lo que cueste. 2) Lo que hagas, hazlo bien.3) Nunca busques en un libro si has olvidado algo, intenta recordarlo por ti mismo.4) Obliga constantemente a tu inteligencia a trabajar con todo el vigor posible.5)Lee y piensa siempre en voz alta....". Sabias palabras que recogen con modestia los pensamientos de uno de los grandes genios de la Literatura Universal, que consciente de sus contradicciones,   dedico su vida no sólo a la escritura sino a desarrollar su voluntad y las capacidades de su espíritu.

2 comentarios:

  1. Una regla no es la vida. Pero necesitamos reglas porque la vida es dolor. Tolstói nunca siguió sus reglas y transmutó su vida en literatura. Sin el dolor y sus contradicciones Tolstói nunca habría sido Tolstói. Respecto al "deber ser", después de toda una vida, se limitó a decir que "lo importante no es la perfección moral que se alcanze, sino el proceso de perfeccionamiento " ( Diarios de la vejez)
    ¿ Cuanta es la capacidad de dolor que estamos capacitados a resistir ? Cuando la vida duele ninguna regla sirve. El dolor es dolor sin fin.

    "Querida tía , perdóneme por el dolor que le ocasionaré con esta carta. Estoy sacrificando su tranquilidad en aras del placer que me produce conversar con usted y pensar en usted en un momento de desfallecimiento y tristeza como éste. Desde hace algún tiempo no logro vencer mi agonía: sin amigos, sin ocupaciones, sin interés en nada de lo que me rodea veo pasar los mejores años de mi vida sin fruto ni para mí ni para los demás; y la situación en que me encuentro , que para otro podría ser llevadera, para mí, a causa de mi sensibilidad, se hace cada vez más y más dolorosa. Estoy pagando muy caro las faltas cometidas en mi juventud...
    Estoy demasiado mal y triste como para trabajar en cualquier cosa"
    ( Carta a su tía Tatiana Alexandrovna Ergólskaia, el 27 de diciembre de 1853)

    A menudo causamos dolor estúpidamente porque somos estúpidos ( o si lo decimos más levemente, no hemos aprendido). Por eso Tolstói es Cristiano, porque busca la compasión y el perdón. Nuestro ser es siempre una carencia. Necesitamos perdonar y ser perdonados, amar y ser amados, vivir y dejar vivir.

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  2. Necesitamos los otros para vivir humanamente. Hay una sola forma posible de existir : expuestos ( puestos fuera de nosotros, literalmente). "El hombre es la medida de todas las cosas", proclamaba el humanismo de Protágoras de Abdera, refutando el nihilismo sartriano , según el cual "los otros son el infierno". Pero en la relación con los otros nada excluye el dolor: nos engañan o engañamos, dejamos o somos dejados ,nos toman por más tontos de lo que ya somos o los tomamos, nos utilizan o ningunean, o utilizamos y ninguneamos. Los otros no son el infierno, pero a veces lo parece. La ficción que es el yo debería de saber sólo del bien. Pero es difícilo ser bueno, esa es la lección más difícil. Ya se encarga la sabiduría popular de recordarnos que dos veces bueno, dos veces tonto.
    Tolstói en sus Diarios se muestra a veces irritable; sabe que juega una batalla perdida, pero que en la contienda mantiene el honor. Conviene tener siempre las espadas bien altas.
    El viejecito que era Lev Tolstói encondía bien en un sofá cosido sus demonios ( me refeiro a la obra, "El diablo"), los de juventud, los de adulto. El viejecito que era Lev Tolstói huía de Sofia Bers- que le confiscaba sus diarios- para buscar su última cita ( aquella que le pertenecía exclusivamente a él). A veces la vida es una huida, o no queda otro camino que la huida, "porque- como decía el poeta- la vida ya te empuja como un aullido interminable, interminable..."
    Los diarios de Tolstói nos permiten fisgar, nos aleccionan sobre una vida con sus errores y virtudes, sus claroscuros y sus luminosidades, con las grandes batallas y las pequeñas derrotas, o a veces con las pequeñas batallas y las grandes derrotas. Esas que duelen de verdad.

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