En nuestra opinión la obra no cumple las expectativas de la contraportada en la que se plantea un dilema moral muy interesante en la sociedad europea actual, "¿hasta dónde podría ser capaz de llegar un padre para encubrir a un hijo que comete un delito injustificable?".
A pesar de contar con elementos de crítica social ácida, en este caso de la clase media acomodada de los Países Bajos, el autor no ha resuelto el dilema con éxito al hacer uso de recursos fáciles para llevar a cabo el desarrollo de la trama y su desenlace.
El tema que prometía ser interesante por la polémica que despierta en cuánto a la problemática educativa que estamos viviendo en una sociedad que hace aguas, se relaja en el momento en que descubrimos que el padre padece una enfermedad mental que justifica su conducta violenta (extrema y sin consecuencias, hecho que consideramos poco creíble) y que el hijo posiblemente ha heredado e inmediatamente pasa a convertirse ante nuestros ojos en víctima.
La falta de respeto a los indigentes, los "fracasados sociales" se pone de manifiesto en la novela, basada en los terribles hechos que acabaron con la vida de una persona de estas características dentro de un cajero automático a manos de unos adolescentes. La ley del "todo vale", consecuencia de la relajación de los principios morales de la generación anterior, traspasa en ocasiones la fina barrera de los derechos humanos.
Por otro lado la defensa del núcleo familiar llevada al extremo, un instinto maternal irracional e encubridor que pudiera haber sido justificable si el personaje hubiera sido más creíble y no se hubiera convertido al final de la novela en la principal incitadora a un homicido aséptico que limpiará el nombre y las heridas de la familia, bajo una supuesta desaparición.
Todo ello en un contexto social actual de la búsqueda de la felicidad por encima de todo, una felicidad etérea y aséptica en la que se incluye el desprecio a los fracasados, a los que no han conseguido alcanzar las cotas de felicidad que se venden en los libros de autoayuda, libros que distribuyen una filosofía barata; la concepción y la defensa de la familia perfecta, por todo ello la trama y sus personajes se tambalean.
No recomendamos su lectura ni por su valor literario ni por su temática que a pesar de las expectativas, decepciona.
Es en definitiva una obra que no pasa de ser un mero producto de entretenimiento.
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Estimados lectores:
Os damos la bienvenida a nuestras tertulias literarias. En ellas llevaremos a cabo la crítica de una obra mensual combinando una lectura clásica y una contemporánea. Para comenzar hemos elegido: "La cena" de Herman koch y "La herencia de Eszter" de Sándor Márai". Podéis acompañarnos en nuestras reflexiones y descubrimientos literarios, así como aportar ideas y comentar o debatir las nuestras.
Un saludo literario.
domingo, 21 de noviembre de 2010
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El hilo conductor de la historia, la cena, el encuentro con el hermano político y su mujer, rozan la trivialidad absoluta y nos sitúan frente a una realidad reducida, salpicada por lo demás , de violencia y falta de criterios éticos propio una sociedad hedonista e hipócrita. Una sociedad con una doble moral, en la que quizás metafóricamente nos sitúa el autor como delante de un espejo distorsionante que nos devuelve la imagen, produciéndose en parte- pero sólo en parte-, ese efecto de catarsis que Aristóteles reclamaba para la tragedia.
ResponderEliminarLiterariamente estoy de acuerdo con la apreciación que es una obra media,"standard", al uso comercial.
Felicitar efusivamente a los autores o autora de este blog, descubierto un poco por casualidad.
Este libro ha logrado que página a página los sentimientos que me generaba el protagonista fueran cambiando lentamente. He pasado de la pena inicial, a la indignación más absoluta. Sin embargo, durante este proceso, tengo que decir que el libro, que en principio me estaba gustando, me ha dejado una sensación de tomadura de pelo al final. No me ha gustado la simplicidad que ha utilizado el autor para resolver una trama que parecía que trataba un "dilema social", cuando al final simplemente se trata de un libro comercial que termina con recursos mediocres.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con vosotros. A mi me decepcionó e incluso me resultó ofensivo el tratamiento que hace el autor del tema. Al leer el texto de la contraportada se presupone que el libro va a tratar de la situación dramática de unos padres enfrentados al descubrimiento de que su hijo ha cometido un delito perverso y temendamente cruel. Yo también pensé que el libro trataría fundamentalemnte del dilema moral de un padre que bascula entre el instinto de protección natural e instintivo hacia un hijo y el horror que le isnpira el terible descubrimiento de que su hijo es un ser abyecto.
ResponderEliminarEl punto de partida daba mucho se sí. Pero para mí la decepción llegó pronto, por dos motivos fundamentales: En primer lugar descubrimos que el padre sufre un transtorno piscológico grave que, sin duda, ha heredado el hijo, que le lleva a cometer actos de extrema violencia, con lo cual el autor se exculpa de profundizar más en el tema. Me parece un recurso muy simple: no se profundiza en los motivos, ni en las circunstancias, ni en las consecuencias. Por otro lado, tanto los personajes como las situaciones me han parecido absolutamente inverosímiles: no resultan creíbles. No te identificas con nadie, no te llegas a creer nada: todo está como distorsionado.
El éxito del libro para mí es un misterio. Sólo me lo explico sabiendo que se trata de un autor mediático.
Antes de nada felicitar muy encarecidamente tanto la iniciativa de realizar estas tertúlias como la creación y realización de este blog. Ambos entornos, blog y tertulias,incitan y promueven el intercambio literario.
ResponderEliminarAl respecto del libro objeto de debate, añadirme a la mayoria de los comentarios, haciendo hincapié en el nivel de violencia física utilitzado y cómo el autor impunemente la normaliza e incluso justifica.
A mí su lectura me provocó alejamiento de la historia y rechazo de todos y cada uno de los personajes.Hacia la mitad del libro no me creia nada, ¿Quién cree que un padre puede ir dando palizas por ahí al director de la escuela de su hijo y salir impune? Por no citar todos los casos en los que el autor recorre a la descripción de situaciones violentas para atrapar la atención o el morbo del lector, olvidàndose de la pretendida idea inicial,la educación de nuestros hijos. Excesivo me parece el uso de descripciones de golpes y palizas .
Resumiendo, no recomendable.
Como integrante de la primera sesión de tertulia sobre: la cena, quiero añadir mi granito de arena al respecto.
ResponderEliminarMucho y muy interesante lo que se ha dicho al respecto. Solo añadir o hacer hincapié en el tratamiento de la violencia. El autor muestra un cierto gusto morboso en cada una de las descripciones de todas las peleas que narra, que no son pocas. Esta claro que tanto detalle manifiesta una clara intencionalidad de que el lector se regodee en ellas o las sufra, como en mi caso. Un cierto aire Tarantino pero con mucha menos cohesión y justificación.
La cuestión es: ¿ era necesario ? ¿Realmente ayuda a hacer creible al personaje y la historia? Creo que en absoluto. Un ejemplo: alguien va por el mundo , le da una paliza de consideración al director de la escuela de su hijo, un montón de testigos y no pasa absolutamente nada, no hay denuncia, ni expulsión, ni tan siquiera careo con la justicia. ¿Estamos en el Far West?
Quizás estamos intentando sacarle brillo a una obra que és opaca y que solo se justificaria como "encargo alimenticio".
No quiero terminar sin felicitar encarecidamente a la creadora de las tertulias y a la del blog y animarlas a seguir adelante."