Un relato contemporáneo en el que el amor y la muerte estrechan lazos, ¿qué sería de uno sin el otro?. Ambos forman parte de la vida y comparten terrenos comunes. Cuando falta una persona nos acostumbramos a su ausencia, al principio resulta incomprensible pero con el paso del tiempo ..¿nos incomodaría que volviera?, ¿resulltaría su presencia inconveniente?. Aunque nos parezca increíble en los momentos de dolor, tal vez sí.Es la narradora la testigo invisible del amor de una pareja que ella observa y admira desde su anonimato, una pareja que cumple con sus expectativas del prototipo amoroso. Un buen día abre el periódico y se encuentra que él es víctima de un desafortunado incidente mientras ella -su mujer-le está esperando en un restaurante para cenar. Ambas se enterarán de la noticia al mismo tiempo, aunque resulte desproporcionado e incluso "injusto".
El autor hace uso del hilo argumental para diseccionar los enamoramientos, pequeñas obsesiones personales compartidas o no, que en su particularidad anidan características comunes. Una prosa concisa en la que la historia pasa a un segundo plano y la realidad a un tercero.
"La verdad no es nunca nítida, sino que siempre es maraña. Hasta la desentrañada. Pero en la vida real casi nadie necesita a veriguar ni se dedica a investigar nada, eso sólo pasa en las novelas pueriles". Es el guiño literario con él intenta explicarnos que su novela como la vida misma no es más que eso, una maraña de hechos, casualidades y circunstancias.
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