Dos apacibles ancianas, rebosantes de energía y en plenas facultades, se resisten a la derrota de la tradición cultural y ejercen su propia lucha por revindicar los matices que nos salvan de la vulgaridad. Son grandes lectoras de la literatura universal, repudian la televisión y aluden continuamente a San Agustín y Spinoza. Se declaran a si mismas demócratas, republicanas, anarquistas, reaccionarias y agustinianas.
Con su carácter, fascinarán al Comisario pero cuando éste trate de utilizar sus conocimientos para resolver una trama, su dialéctica le llevará de cabeza a él y a todo el cuerpo policial. Seguramente, como se lo demuestran las Señoras, ellos no están a la altura de las circunstancias La trama se desarrolla en forma de comedia policial para llevar a cabo una crítica lúcida y divertida de la sociedad contemporánea.

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