Tertulias literarias for ever, selección y recomendación de autores y obras.


Estimados lectores:

Os damos la bienvenida a nuestras tertulias literarias. En ellas llevaremos a cabo la crítica de una obra mensual combinando una lectura clásica y una contemporánea. Para comenzar hemos elegido: "La cena" de Herman koch y "La herencia de Eszter" de Sándor Márai". Podéis acompañarnos en nuestras reflexiones y descubrimientos literarios, así como aportar ideas y comentar o debatir las nuestras.

Un saludo literario.






domingo, 3 de abril de 2011

Crónica tertulia: "La perdiz blanca" de Cecilia Bardají 2/4/2011.

Nuestra tertulia de anoche contuvo la magia irrepetible del instante al contar con la presencia de la autora, amiga nuestra, quien nos regaló confesiones y detalles sobre el nacimiento de la novela y su proceso creativo, mientras  las flores blancas que presidían la mesa principal se abrían al ritmo de sus palabras y nuestras emociones.

La novela, una pequeña obra de arte, condensada en pocas páginas, nos roba el aliento desde el principio porque gracias a los recursos de la autora, resulta fácil identificarnos con el alma de la niña, una niña lúcida cápaz de crear su propio universo imaginario-elemento tan recurrente en el mundo infantil- a la medida de un entorno oprimente que ella espera que cambiará cuando encuentre la perdiz blanca, su perdiz.

Mientras tanto, saltamos con ella las baldosas de las calles del pueblo sin pisar la raya, contamos hasta la extenuación los botones de la bata de la abuela, las mismas baldosas y  los pasos que nos conducen al final del pueblo,  nos refugiamos en la esparraguera, construimos una casa imaginaria para proteger a nuestra madre  y huimos de un padre opresor cuyo grito-escandalosamente agudo- rompe el silencio y la armonía familiar. Un mundo repleto de sensaciones en el que abundan los sueños infantiles como el refugio ideal de los miedos de la niñez.

Sin embargo una incerteza nos sacude al llegar a las últimas páginas, un sueño premonitorio o tal vez la rememoración de un acontecimiento ya pasado, un cazador puede haber acabado con la vida de la pequeña y vulnerable perdiz, expuesta al vaivén de  las inclemencias del tiempo. Un proceso iniciático, el paso de la niñez a la pubertad y con ella la aceptación de la realidad, y el abandono de los proyectos tan ambiciosos como inconcebibles en esa etapa de la vida.

Una breve mención al lenguaje, un  castellano culto sin ser pretencioso, sonoro hasta el punto de resultar poético y preciso para expresar los deseos y sentimientos de esa niña, esa perdiz, la perdiz blanca que todas llevamos dentro.

2 comentarios:

  1. Como decíamos ayer "lo primero que llama la atención de la novela, a solo dos o tres páginas de su lectura es su precioso, cuidado y rico lenguaje, su rica y musical prosa poética.


    Pero todo eso,que la autora nos explicaba, fruto de un concienzudo y autoexigente trabajo, diccionario en mano y buena inversión de tiempo en todas y cada una de las frases y párrafos,no deviene, como cabría la posibilidad,en un ejercicio intelectual o académico,de filóloga entendida y muy leída, como es ella, sino que resulta un relato emocionante,profundo,cargado de significado,de vida en definitiva

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  2. De su contenido,el plano de análisis que abordamos en primer lugar espontáneamente en la tertulia fue el psicológico:
    Escrita la novela alternando el punto de vista de la niña (pasado próximo) con la adulta que recuerda (pasado lejano), incluso, como nos apuntaba Cecilia, en un mismo párrafo, da una idea muy vívida de su angustia, miedo, obsesiónes, salpicado de momentos también de ilusión y alegría.Como dice Arantxa en el comentario inicial, hay una gran fuerza evocadora(y todas estuvimos de acuerdo) de nuestra infancia- adolescencia, cuando nos creemos aisladas, diferentes al resto de la humanidad, creadoras ensimismadas de nuestro propio mundo. Y esa "universalidad" no desdibuja en absoluto la verosimilitud y singularidad del personaje También claro, se puede hacer una lectura freudiana y bergmaniana de la relación con el padre y la madre, o de la abuela con el padre que es su hijo.
    Otro nivel de análisis, unido indisolublemente al anterior sería el social, porque la familia aparece como una estructura clara de poder, no diré patriarcal, porque la abuela mientras está manda,y aún después. Poder con todas las sumisiones abortadoras de vida que de ello resulta
    Contiene además la perdiz blanca reflexiones, pensamientos agudos y lúcidos, apunto aquí algunos que me gustan especialmente:
    La protagonista se rebela o protesta de la realidad dicotómica-binaria de nuestro pensamiento humano, cuando habla de la ciencia de la anfibiología...exquisito.
    La disquisición sobre el tanscurrir y la percepción del tiempo y cito textualmente:
    ¿Por qué el tiempo jamás se detenía para observar apacible su porte ligero? ¿por qué,incesante,se destruía a sí mismo? ¿se podía llamar tiempo al pasado tan copioso si había muerto tantas veces,tan reiteradas como las innumerables ocasiones en que el hombre y la mujer hablaban tan impropiamente llamando así a algo que ya no lo era por haberse consumido ya?...
    Hablaríamos también del tratamiento de la Naturaleza, de sus sensoriales y bellas descripciones "activas"(no estáticas) Naturaleza que es la gran redentora y refugio, tanto real (los dos ríos de bonito y sonoro nombre que no hizo falta inventar, las fuentes, el Pirineo con sus dos montañas más próximas, Cotiella y Turbón) como soñada.
    Y en fin, a medida que avanzamos y cuando estamos acabando la lectura, constatamos, por añadidura, la perfección y redondez de la estructura del relato
    No hay ninguna certeza ¿ella solo sueña? ¿Fue o no verdad que el padre abatió la perdiz? El final es el fin de la infancia, de su ingenuidad, ilusión y magia.
    Felicidades otra vez Cecilia

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