"Supe que había sucedido algo irreparable en el momento en que un hombre me abrió la puerta de esa habitación de hotel y vi a mi mujer sentada al fondo, mirando por la ventana de muy extraña manera". Aguilar comienza así el relato de su historia. Había salido de viaje y había dejado a su mujer pintando de verde las paredes de su apartamento y a su vuelta, la semana siguiente, recibe dos mensajes anónimos en el contestador para que vaya a recogerla
Se la encuentra víctima de la enajenación mental, aterrada y transformada en una persona que apenas reconoce. Este es el punto de partida estremecedor de la novela, el resto el propio Aguilar se dedica a soportar la dificil situación de convivir con una mujer a la que todavía ama, Agustina, bucear en su pasado, su familia y su estructura mental en un intento de recuperar su propia vida.
Una novela delirante en la que salen a relucir las vidas y las locuras de otras generaciones, se airean los secretos de familia y se mantiene el tono en un estilo de peculiar "delirio": La autora para contribuir a ello, ha optado por omitir puntos y aparte y la división en capítulos brilla por su ausencia, así que será tarea del lector decidir en que momento hace una pausa de este "delirio" que no sólo no le resta sino que le suma valor a la obra.
Se la encuentra víctima de la enajenación mental, aterrada y transformada en una persona que apenas reconoce. Este es el punto de partida estremecedor de la novela, el resto el propio Aguilar se dedica a soportar la dificil situación de convivir con una mujer a la que todavía ama, Agustina, bucear en su pasado, su familia y su estructura mental en un intento de recuperar su propia vida.
Una novela delirante en la que salen a relucir las vidas y las locuras de otras generaciones, se airean los secretos de familia y se mantiene el tono en un estilo de peculiar "delirio": La autora para contribuir a ello, ha optado por omitir puntos y aparte y la división en capítulos brilla por su ausencia, así que será tarea del lector decidir en que momento hace una pausa de este "delirio" que no sólo no le resta sino que le suma valor a la obra.
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