Nada más terapeútico que una buena lectura para afrontar un día, una semana o un periodo gris en nuestras vidas. La ficción como vía de escape de la realidad vende y a pesar de que la crisis también ha llegado a las puertas del mercado editorial, ha sido mucho más paulatina y ha mantenido el tipo a pesar de los vaivenes. Son momentos de cambio en los que habrá que encontrar métodos más efectivos de producción y distribución, y en ello están.
Sin duda, la literatura nos ofrece una forma más cómoda y más barata de viajar sin salir de casa; y buscar un cierto consuelo literario no está nada mal, si como dicen los psicólogos "no hay nada más incierto que la realidad". Y puestos a divagar, unos dicen que no existe, se desvirtua a los ojos de cada espectador. Otros afirman, contundentes, que es lo único que existe. Y algunos que creemos en el genio creativo y el poder de las palabras, nos atrevemos a decir que lo único verdadero es la ficción, lo que nos inventamos o nos inventan cada día, lo que habita en el territorio de nuestro sistema sensorial: nuestros sueños.
Sueños que se transforman en ilusiones o simplemente en ficción. Historias que nos cuentan o en ocasiones nos contamos a nosotros mismos y de las que a veces nos hacemos protagonistas o secundarios, según el momento.Entonces puede ser se convierten en realidad y pierden su estado de ficción y se vuelven de nuevo inciertas y es necesario sustituirlas por otras: nuevos sueños encantados en el universo de la irrealidad. El mito de los sueños imposibles y el eterno dilema, ¿qué sucedería si los llegáramos a alcanzar?, ¿se desvanecen o persisten por si solos como una buena novela que por muchos años que pasen continuará complaciendo a millones de lectores? ...
Sin duda, la literatura nos ofrece una forma más cómoda y más barata de viajar sin salir de casa; y buscar un cierto consuelo literario no está nada mal, si como dicen los psicólogos "no hay nada más incierto que la realidad". Y puestos a divagar, unos dicen que no existe, se desvirtua a los ojos de cada espectador. Otros afirman, contundentes, que es lo único que existe. Y algunos que creemos en el genio creativo y el poder de las palabras, nos atrevemos a decir que lo único verdadero es la ficción, lo que nos inventamos o nos inventan cada día, lo que habita en el territorio de nuestro sistema sensorial: nuestros sueños.
Sueños que se transforman en ilusiones o simplemente en ficción. Historias que nos cuentan o en ocasiones nos contamos a nosotros mismos y de las que a veces nos hacemos protagonistas o secundarios, según el momento.Entonces puede ser se convierten en realidad y pierden su estado de ficción y se vuelven de nuevo inciertas y es necesario sustituirlas por otras: nuevos sueños encantados en el universo de la irrealidad. El mito de los sueños imposibles y el eterno dilema, ¿qué sucedería si los llegáramos a alcanzar?, ¿se desvanecen o persisten por si solos como una buena novela que por muchos años que pasen continuará complaciendo a millones de lectores? ...
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